Abogado urbanista con una extensa trayectoria en la resolución de litigios diversos en el ámbito público y privado. Quienes han trabajado con él destacan su excepcional talento para la negociación, su refinada intuición y los sólidos valores humanistas que lo inspiran. En sus despachos se han firmado infinidad de acuerdos ante la sugerente presencia de un piano. Porque, además de contar con una sólida formación jurídica, Francis Palau estudió piano en el Liceo de Barcelona. La música ha sido una de sus principales pasiones, y sus guitarras y el piano, inseparables compañeros. Aunque se considera “un rockero”, cabalga con arte entre los acordes de Bach, Chopin, su admirado George Harrison y los mantras de Deva Premal y Miten. Pero si algo define a este renacentista del siglo XXI es una intensa búsqueda interior que le ha llevado, a través de incontables viajes, de Oriente a Occidente. Así, ha conocido de primera mano lugares emblemáticos donde la humanidad ha expresado con más fuerza su impulso evolutivo: Lascaux, Egipto, Roma, Sicilia, Camboya, Auroville… por citar solo algunos destinos que lo han marcado. De la mayoría de esos viajes ha regresado con una nueva llave para acceder a las puertas del cielo.
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Biografía
Abogado urbanista con una extensa trayectoria en la resolución de litigios diversos en el ámbito público y privado. Quienes han trabajado con él destacan su excepcional talento para la negociación, su refinada intuición y los sólidos valores humanistas que lo inspiran. En sus despachos se han firmado infinidad de acuerdos ante la sugerente presencia de un piano. Porque, además de contar con una sólida formación jurídica, Francis Palau estudió piano en el Liceo de Barcelona. La música ha sido una de sus principales pasiones, y sus guitarras y el piano, inseparables compañeros. Aunque se considera “un rockero”, cabalga con arte entre los acordes de Bach, Chopin, su admirado George Harrison y los mantras de Deva Premal y Miten. Pero si algo define a este renacentista del siglo XXI es una intensa búsqueda interior que le ha llevado, a través de incontables viajes, de Oriente a Occidente. Así, ha conocido de primera mano lugares emblemáticos donde la humanidad ha expresado con más fuerza su impulso evolutivo: Lascaux, Egipto, Roma, Sicilia, Camboya, Auroville… por citar solo algunos destinos que lo han marcado. De la mayoría de esos viajes ha regresado con una nueva llave para acceder a las puertas del cielo.